Sé
En lo alto de una de las cimas del centro de Oporto, se encuentra la Sé o Catedral de Oporto, rodeado por lo que sería la zona más antigua de la ciudad: el Barrio da Sé. Está rodeado por los restos de la Muralla Fernandina (construida en el siglo XIV), que iba desde esta zona hasta la Cordoaria.
Qué ver en el barrio de la Sé de Oporto
Catedral de Oporto
La Catedral de Oporto fue comisionada en el siglo XII, pero como ha sido objeto de muchas transformaciones, tiene tanto en su fachada como en su interior las huellas arquitectónicas de distintos períodos. Conjuga desde un estilo medieval hasta un estilo barroco. Por dentro tiene una Capilla (Capela-Mor) de estilo maneirista, una Capilla del Santísimo con un altar en plata del siglo XVIII. En 1985 llevaron un moderno órgano que acompaña a los órganos barrocos que ya ahí estaban.
Casa Museo Guerra Junqueiro
La Casa Museo Guerra Junqueiro (que no refiere a un conflicto bélico, sino a uno de los más importantes poetas románticos de Portugal), el Museo de Arte Sacra, la Torre de la Ciudad y los vestigios de la Muralla Románica.
Estación de São Bento
Entre la cima de la Sé y la Ribeira, se encuentra además la Estación de São Bento, antigua, pero aún en uso, estación ferroviaria. Es conocida por sus Azulejos, que cuentan en más de 20 mil cerámicas, de la autoría de José Colaço.
En sus dibujos podemos ver, junto al techo y en colores vivos, la evolución de los medios de transporte hasta llegar al tren. En las paredes se muestran escenas de la vida portuguesa tradicional, con mujeres vestidas según la moda antigua del Duero. Sin embargo, los más impresionantes son los que se encuentran a los lados: en uno se representa la Batalla de Arcos de Valvedez y en el otro la celebración de la boda de Don João I y de D. Filipa de Lencastre, reyes del siglo XIV.
Calles antiguas de la Sé
Recomendamos recorrer las estrechas callejuelas que circundan la catedral, pues estará caminando en el pleno corazón de la ciudad. Como podrás ver, se trata de una zona residencial de un nivel más bajo, donde se respira el verdadero carácter del portuense. Hay pequeños bares con fados los fines de semana, y vale la pena observar como muchas de las construcciones de estas viejas casas aprovecharon cualquier formación rocosa para continuar sus paredes. Parecen, de cierto modo, casas al mejor estilo Rodin.
Mapa:
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